martes, 14 de octubre de 2014

Believe it or not

|| 0 hicieron eco
A veces pareciera que nada me toca. Que nada me hace bien ni nada me hace mal. Me esfuerzo en no demostrar nada a nadie. O tal vez no. Tal vez me salga naturalmente. Pero la realidad es que no es así; más bien todo lo contrario. Siento las cosas como todos. Lo malo me entristece, me enoja, me estruja el alma. Lo bueno me hace reír a carcajadas, me pone feliz, me da ganas de ponerme a saltar por todos lados. 

Por alguna razón, la vida me enseño a ponerle cara de póquer al asunto. Como todo, tiene su lado bueno y su lado malo. No tener el coraje para dar un abrazo a un amigo, por ejemplo, eso lo detesto. No puedo abrazar ni decir te quiero. Siempre dije de mi misma que soy "totalmente reacia a las muestras de cariño". A veces me odio por eso.