Ver lo malo y de todas formas quedarse

Me duelen las cosas que no te digo, las que me callo, las que guardo conmigo. Siento todas esas palabritas dándome vueltas en la cabeza, las siento enfermarme. Me estoy cansando de a poquito, y yo no quiero irme pero tampoco pretendo destruirme. No puedo vivir con el miedo de perderte por lo que tenga para decir.
Estoy aprendiendo a decirlo - porque nunca supe - y sentirme no escuchada, no comprendida (como si realmente no importara demasiado) me parte el alma en dos. Y me estoy dando cuenta por primera vez en mis 23 años, que no tiene que ser así. Se que me merezco alguien que me escuche y de lo que sea para hacerme feliz. Que deteste verme triste. Que me abrace cuando me ve llorar. Que me prometa todos los días, que pase lo que pase, siempre juntos. Que me recuerde todos los días que me quiere. Que me conozca lo suficiente para saber que un "buen día, cómo dormiste" me alegra el día y la vida. Que entienda que no creo merecer menos de todo el amor que doy.
Y aún así todos los días intento convencerme de que todavía existe un motivo para quedarme, que vale la pena, que tengo que aprender a valorar otras cosas. Una vez leí que "ver lo malo y de todas formas quedarse, eso es querer". Pero que se hace cuando por querer tanto lo malo te empieza a romper en pedazos?

¿?

A veces me pregunto por qué sigo haciendo por los demás las cosas que esperaría que hicieran por mi pero que nunca hacen. Si al final la gente siempre se caga en uno.

De ese miedo mío de perder a la gente

No sabes lo mucho que me gustaría que a veces nos dedicáramos más tiempo de calidad. Hay semanas en las que nos vemos de a ratos sólo para dormir juntos. Muchas veces terminas tarde, me pasas a buscar, llegamos, dormimos. Al otro día nos levantamos, vos al trabajo y yo a mis cosas. Y así siempre. Y cuando arreglamos para salir un fin de semana, no va que me cambias los horarios porque haces planes sobre la hora y de nuevo a lo mismo, terminas pasándome a buscar a las once de la noche y doce y media ya estamos durmiendo. Si supieras que no es un planteo, que lo único que quiero es pasar un rato más con vos. Que me cuentes, escucharte, contarte, que me escuches. Besarte, abrazarte... No te das una puta idea de lo mucho que lo disfruto y lo feliz que me hace.

Lo peor es que me haces sentir que no tengo derecho a decirte nada y que está bien que lo hagas, que yo tengo que bancarme las cosas que no me gustan y llorarlo en silencio. Para vos es todo tan fácil. "Si te gusta, bien y sino, jodete" y eso a veces duele y no te das cuenta, que no es un capricho ni mucho menos un planteo, que aunque a veces me frustra un poco que los demás no hagan por mí lo mismo que yo haría por ellos, lucho con eso todos los días. Y que muchas veces me lo trago porque se que no está bien. Yo soy más de las que intentan conciliar, llegar a un punto medio donde todos estemos contentos. Quizás el error sea mío por cuidar más a los demás que a mí misma. Pero soy así, lo doy todo y no me sería tan fácil desprenderme de vos por una idiotez que considero que podríamos charlar. Y nuevamente, quizás el error sea mío por esperar que vos seas un poco menos egoísta y a veces pienses en las cosas que te digo que me pasan en vez de remarcarme que no te joda, que sos así y no vas a cambiar, porque no pretendo cambiarte (perdón si algo de lo que digo te hace sentir que eso es así, pero para nada es lo que estoy esperando).

La situación es esta, si vos estás primero con tus amigos, y después me decís "¿te paso a buscar más tarde y venís a dormir?" y te digo que sí, no te pido que te apures para venir a verme. Espero a que termines de hacer lo que estabas haciendo, porque es tu tiempo, son tus espacios personales y considero que lo más sano es que ambos los conservemos. Pero ¿no me merezco yo lo mismo? Que si habíamos quedado para vernos a una hora, ¿realmente lo hagamos? Quizás en tu cabeza no lo merezco. Seguramente el problema sea mío y quizás debería hacer algo para acostumbrarme a que las cosas sean así pero quizás puedas pensarlo en frío y entender mi forma de ver las cosas.

¿Sabés que te quiero?

Me decís "te quiero" y yo me derrito. Y lloro. Lloro mares; no se si es de felicidad o porque no puedo entender ni aceptar que alguien me quiera. A mi que aprendí a quererme después de 20 años viviendo conmigo misma. A mí que cuando tenía 9 o 10 años me la pasé meses enteros preguntándole a cada hora, literal, a mi mamá, '¿me querés?'. 

De repente venís vos a decirme que me querés cuando menos lo esperaba, cuando menos lo deseaba. Y yo no se que decirte, porque nunca supe decir "te quiero", no me enseñaron y es algo que todavía tengo que aprender. No se si decirte 'yo también' porque no quiero que suene forzado, quiero mi momento, o mejor dicho tu momento, que te sientas especial como vos me haces sentir a mí. Quiero decirlo cuando no lo esperes, tomarte por sorpresa. Pero en realidad, aunque yo piense demasiado en que soy demasiado estúpida como para saber si te quiero (¿cómo se supone que debería saberlo?), siento, algo en mi me dice, que sí lo hago, desde antes. Que quizás me da mucho miedo aceptarlo. Y que las cosas que yo hago por vos deberían demostrártelo. Pero te pido perdón si todavía no se ponerlo en palabras. Necesito tiempo. Ya te dije, nunca supe decir te quiero. Nunca le dije a nadie que lo quiero, a pesar de que hay muchas personas a las quiero con todo mi corazón.

Nunca nadie me dijo "te quiero", tenés el honor de ser el primero. 

Dónde fuiste

Hoy mamá hizo limpieza y encontró unas fotos de cuando yo era chiquita. Con mis dos colitas y con mi sonrisa de siempre, esa de la que alguien me hizo enamorar. Me veo tan feliz, lo veo en mi sonrisa y en mis ojos. Y mi pregunto donde quedó esa nena sin miedo a nada, esa que no se sentía menos que nadie, que creía que podía con todo. Que vuelva, la extraño.